La FSESP y las organizaciones afiliadas tienen una larga y dura historia con la mayor empresa de dependencia privada de Europa, ORPEA. Durante años, los sindicatos de toda Europa han luchado duramente contra el mal trato que el grupo dispensa a los trabajadores y residentes, desde contratos de trabajo irregulares hasta la represión sindical y el mal uso de los fondos públicos. Los trabajadores alemanes necesitaron más de 200 días de huelga para conseguir la reincorporación de los huelguistas despedidos y un convenio colectivo en una residencia local, por ejemplo. En Francia, ¡decenas de delegados y delegadas sindicales de la CGT han sido despedidos en cuanto la dirección se dio cuenta de su militancia sindical! El grupo ha negado continuamente cualquier infracción y ha tratado de intimidar e incluso criminalizar a los trabajadores y a los sindicatos por denunciar.
A principios de este año, el periodista de investigación Victor Castanet publicó un libro en Francia, «Les fossoyeurs» (Los sepultureros), que sacó a la luz la oscura realidad de la empresa. Las revelaciones del libro provocaron una gran reacción pública. La cotización de las acciones de la empresa se desplomó tras la publicación y el gobierno francés convocó al entonces director general de ORPEA para interrogarlo inmediatamente y abrió una investigación sobre el uso de fondos públicos por parte de la empresa. También se abrieron investigaciones sobre la empresa en Bélgica.
Aunque sigue negando las acusaciones, ORPEA ha tomado una serie de medidas en respuesta al escándalo, incluido el despido del director general y el nombramiento de uno nuevo poco después de la publicación del libro. Sin embargo, las medidas tomadas hasta ahora se centran claramente en reparar la imagen de ORPEA a los ojos de los inversores, más que en realizar cambios reales. Los acuerdos globales y otros ejercicios de «lavado de imagen» no abordan las cuestiones fundamentales.
Un ejemplo de la actitud de la empresa hacia los derechos de los trabajadores es su resistencia a negociar un comité de empresa europeo (CEE) con sus sindicatos y la FSESP. Después de tres años, la legislación obligó a la empresa a conceder a los trabajadores derechos de información y consulta a nivel europeo, el CEE se creó finalmente el año pasado. Pero a pesar de una buena primera reunión del CEE el mes pasado y de todas las garantías de la dirección de que están haciendo cambios con respecto a los derechos de los trabajadores, la empresa en Francia y su filial alemana siguen teniendo procesos judiciales en curso contra los sindicatos y los trabajadores.
En Alemania, el tribunal laboral de Bremen Bremerhaven dictaminó que la filial de ORPEA, Senioren Wohnpark Weser, debe pagar 15.000 euros en concepto de daños y perjuicios a la representante sindical y presidenta del CEE, Nicole Meyer, por acoso probado. El tribunal también desestimó las alegaciones de «difamación» de la filial. Este proceso judicial se produjo después de que el Tribunal Regional de Trabajo de Bremen dictaminara en febrero de 2022 que los intentos de despido del empresario eran ilegales. Y aun así, el empresario quiere volver a recurrir la decisión.
En Francia, los sindicatos llevaron recientemente a ORPEA a los tribunales tras revelarse cómo la empresa favoreció al sindicato interno Arc-en-Ciel durante las elecciones sindicales. Los sindicatos franceses CGT y CFDT también revelaron en un informe con CICTAR que la empresa utiliza una compleja red de filiales para gestionar sus finanzas, incluyendo inversiones en Luxemburgo que no se habían revelado anteriormente.
Las medidas adoptadas por la empresa en respuesta al escándalo no contribuyen a resolver estas cuestiones, ni a la retirada de las causas judiciales. De hecho, los acuerdos globales alcanzados sin los sindicatos que organizan a la gran mayoría de los trabajadores de ORPEA podrían incluso ser utilizados en su contra. El historial de ORPEA en cuanto a prácticas antisindicales y malversación de fondos públicos no puede blanquearse, como dejaron claro los sindicatos franceses representativos que se enfrentaron a la empresa en los tribunales.
En el seno de la FSESP, los sindicatos trabajarán juntos para reforzar el CEE con el fin de garantizar que tenga los derechos de información y consulta adecuados. Por ejemplo, ORPEA deberá presentar al CEE su proyecto de integración de los principios medioambientales, sociales y de gobernanza en sus operaciones para su información y consulta. Trabajaremos juntos para desarrollar nuestras demandas a la empresa con el fin de abordar los problemas reales y urgentes.