Una vez finalizado el periodo de negociación, lamentablemente, se ha confirmado que el motivo principal de este segundo ERTE es el mantenimiento de los beneficios de los accionistas y directivos a costa del recorte de salario de los trabajadores, trabajadoras y del dinero público.
Las causas alegadas por la empresa “organizativas y productivas” se han pretendido utilizar como una simple excusa para justificar el ERTE y no han podido ser acreditadas por la empresa.
A pesar de esto, los representantes de los trabajadores hemos intentado por todos los medios buscar una solución de compromiso que asegurara los puestos de trabajo y los salarios, ya de por sí congelados desde 2018.
Nuestro posicionamiento ha sido luchar por:
· La inclusión en el ERTE del Comité Ejecutivo y executive leaders.
· La reducción del número de 347 afectados en el ERTE.
· La disminución del porcentaje de reducción de jornada al trabajador/a.
· La complementación por parte de la empresa del salario no percibido.
· El devengo pagas extras y los días de vacaciones del tiempo de afectación del ERTE.
· La aplicación de la movilidad funcional (realizar funciones en departamentos de otras áreas de la empresa).
· La recuperación de actividades subcontratadas a empresa externas.
· La exclusión de los colectivos más vulnerables: familias monoparentales, familias ya afectadas por otro ERTE…
· La garantía de cancelación del ERTE el primer mes en que la empresa tenga una facturación de ventas igual o superior al mismo mes del año anterior.
· La garantía de empleo hasta el 31 de diciembre de 2021.
· El anticipo de salario proveniente del SEPE por parte de la empresa para evitar los retrasos que están teniendo lugar.
Tras un periodo de dura negociación y fruto de la misma conseguimos reducir las pretensiones iniciales de la empresa del 50% al 20% de reducción de jornada y de 347 a 275 personas afectadas como máximo en ambos casos, pero no conseguimos que la empresa garantizara la conservación de los puestos de trabajo hasta el 31 de diciembre de 2021, objeto principal del acuerdo. Sin esta garantía, y la complementación de los salarios más bajos, era imposible nuestra firma.
La empresa en ningún momento nos ha garantizado la conservación de los puestos de trabajo actuales, claramente con la vista puesta en la externalización y reestructuración de departamentos que ya había iniciado antes de la crisis del Covid-19. Por ello, es muy difícil asumir que, sin haber causas para su aplicación, los trabajadores y trabajadoras tengamos que perder parte de nuestro salario, vacaciones, pagas extras y “paro” dañando la economía de nuestras familias para salvar los beneficios de los accionistas y directivos. Todo ello sin garantía de que la empresa no acabe despidiendo a los trabajadores en una futura reestructuración.
¿Habéis pensado en qué condiciones saldrían de la empresa esos trabajadores y trabajadoras? Toda persona afectada por este segundo ERTE debe tener conocimiento de que parte o la totalidad del “paro” ya lo habrá gastado.
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