El Sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos apuesta por que el centro escolar sea en sí mismo una estructura respetuosa con el medioambiente y en donde se fomenten el desarrollo sostenible, el respeto a la biodiversidad y la concienciación ecológica.
La educación tiene un papel fundamental en la construcción de un futuro más verde. Las sociedades, los hábitos y comportamientos y los modos de vida del futuro tienen su origen en las aulas del presente. En la celebración, este 5 de junio, del Día Mundial del Medio Ambiente, hay que recordar que la nueva ley educativa, la LOMLOE, propone una sistematización y una integración plena y transversal por medio de las competencias clave para lograr que la educación medioambiental y los estilos de vida saludables sean una realidad.
Como es lógico, la educación no es ajena a la realidad del impacto del ser humano en el medioambiente. En el boletín Educación medioambiental: aprender a vivir de forma sostenible para tener un futuro más saludable, el Sector de Enseñanza de UGT considera, sin embargo, que la adquisición de conocimientos por sí sola no garantiza la consecución de cambios significativos en los comportamientos, las actitudes y la mentalidad del alumnado sobre cuestiones climáticas. Es necesario ir más allá del fomento de los conocimientos sobre el clima para promover la concienciación, la capacidad de acción y el empoderamiento del alumnado para la acción climática.
Fomentar la capacidad de acción del alumnado en cuestiones climáticas requiere también repensar y reevaluar los enfoques pedagógicos y los entornos de aprendizaje en el aula, apostando por enfoques activos y centrados en el alumnado. Es crucial dotar a los centros educativos de tiempo y espacio para actuar y vivir de forma sostenible en el día a día.
Apostamos por que el centro escolar, en sí mismo, sea una estructura respetuosa con el medioambiente, en donde se fomenten de forma implícita y explícita aspectos como el desarrollo sostenible, la sensibilidad medioambiental, el conocimiento del medio, el respeto a la biodiversidad y la concienciación ecológica, por poner algunos ejemplos.
Es importante afrontar, con la inversión que sea necesaria, el acondicionamiento de los centros educativos con el fin de conseguir que sean más resilientes ante el cambio climático y promover una huella neutra de carbono. Hay que aumentar espacios verdes en la medida de lo posible, así como trabajar en la labor de concienciación y puesta en marcha de hábitos de vida más compatibles en la gestión de todo tipo de residuos.
El sindicato valora el papel que tiene la escuela y el profesorado en la creación de actitudes y valores en el alumnado para el cuidado de nuestro planeta de cara a hacer un mundo más sostenible, ya que aprender a vivir de forma sostenible es el camino para tener futuro más saludable.
