La propuesta de reformar la protección al personal sanitario y no sanitario, reconociéndole el “carácter de autoridad pública”, dentro del propio Estatuto Marco es una propuesta acertada, que la propia UGT planteó a la anterior ministra de Sanidad, Carolina Darias, para incluirla en la negociación del Estatuto Marco.
Esta medida, no obstante, debe acompañarse de otras acciones, pues se trata de un problema complejo y multisectorial, que afecta a varias Administraciones. En primer lugar, se debe afrontar cuestiones estructurales, como es la falta de recursos humanos en la Sanidad Pública. No es casual que la mayoría de las agresiones se produzcan en Atención Primaria, un nivel asistencial que arrastra una infrafinanciación desde hace más de una década y que soporta una insostenible escasez de profesionales que está generando interminables listas de espera que, como consecuencia, provoca el descontento general de la ciudadanía. Una situación que UGT Servicios Públicos lleva años denunciando.
Desde UGT Servicios Públicos subrayamos que es importante poner el foco en la prevención de las agresiones al personal de la sanidad. Para ello es esencial la formación de los profesionales y de la población. Según datos recogidos por UGT Servicios Públicos, en una encuesta a profesionales del SAS, sólo el 14% de los agredidos llega a interponer denuncia. Estos datos, que bien se podrían extrapolar al resto del SNS, es especialmente importante pues, según los datos del informe que publicó el Ministerio en 2024 sobre Agresiones a los profesionales del sector sanitario, el 30% de los agresores son reincidentes. Por tanto, UGT pide formación e información a los profesionales para que denuncien.
También es preciso visibilizar esta lacra social a través de las denuncias de los profesionales agredidos (lo que no se denuncia no se conoce) y mediante campañas de concienciación, y no que se quede en algo más que una anécdota o un día dedicado a las agresiones. La implicación de las todas las Administraciones Públicas y de la ciudanía es clave para reducir el número de agresiones, las cuales tienen un coste social y material importante en la sociedad.