- Ambos sindicatos advierten del incremento del volumen de trabajo para los y las trabajadores y trabajadoras de Correos.
- Ante una campaña en la que se está dando un incremento histórico del voto por correo, este recorte compromete seriamente su normal desarrollo.
CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios en Correos, han venido advirtiendo de la nefasta gestión que la empresa postal pública está realizando en la campaña de elecciones autonómicas que se está desarrollando en Galicia y en Euskadi.
Tras haber advertido del inexplicable retraso en establecer las medidas operativas, organizativas y de seguridad pertinentes, y tras denunciar la alegalidad con que tales medidas se han cerrado, al imponerse al margen de la negociación colectiva tras varias reuniones convocadas fuera de las reglas del diálogo social, sin documentación previa, anulando reuniones ya convocadas, o convocando algunas con escasas horas de antelación, la pasada semana CCOO y UGT dieron por fracasadas las negociaciones para abordar una campaña que, por sus especiales características y circunstancias, al desarrollarse en plena pandemia y en fase de desescalada, requería el consenso con mayor exigencia si cabe que en anteriores ocasiones.
Entre las “declaraciones de intenciones” por parte de la empresa, figuraba la de garantizar la contratación necesaria para el desarrollo de la campaña, pero a la vista de los hechos, CCOO y UGT han constatado que Correos está realizando unas programaciones de contratación que, lejos de dar cobertura a las necesidades extraordinarias de plantilla, están recortando e incluso dejando sin cubrir la plantilla media y estructural de Correos en ambas comunidades autónomas.
CCOO y UGT han llamado la atención sobre el incremento del voto por correo en estas elecciones, que se ha multiplicado por siete respecto a las últimas celebradas en sus ámbitos territoriales y han instado al presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, a que ponga los medios necesarios y la contratación suficiente para que la plantilla de Correos esté en condiciones de garantizar, como ha hecho en todos los procesos electorales, el derecho de los ciudadanos/as al voto. En caso contrario, el presidente de Correos estaría arriesgando tal garantía y echando sobre las espaldas de trabajadores y trabajadoras una responsabilidad que no les corresponde.