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Más de 25.000 repartidores se enfrentan a temperaturas extremas en la calle, exponiéndose al riesgo de sufrir golpes de calor, mientras la empresa se niega a realizar adaptaciones de horarios para evitar las horas de mayor riesgo. La irresponsable actitud de la dirección de la empresa ignora las denuncias realizadas por los sindicatos ante la Inspección de Trabajo y las llamadas de las autoridades, que reclaman adoptar medidas preventivas específicas. |
CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios en Correos, denuncian que la empresa se niega a adoptar medidas de protección adicionales para el colectivo de más de 25.000 personas que realizan las tareas de reparto en la calle. Ambos sindicatos vienen denunciando ante la empresa desde hace años el peligro que para este colectivo supone el calor extremo y la radiación solar ultravioleta, ya que la mayor parte de su jornada transcurre a la intemperie. La dirección de la empresa, a cuyo frente se encuentra Juan Manuel Serrano, nombrado por afinidad personal con el actual presidente del Gobierno, sigue negándose a admitir la necesidad de incrementar las medidas de protección frente al calor y la radiación solar, y especialmente, se niega a adecuar los horarios de trabajo en verano, algo que los sindicatos entienden que no se hace para no perjudicar a la producción y evitar el coste económico que supone, a pesar de ponerse en riesgo la seguridad y salud de la plantilla.
Para UGT y CCOO la actitud de Serrano y sus directivos es de una absoluta temeridad, cuando tras la segunda ola de calor con temperaturas de entre 39° y 45° en todo el país, en lo que va de verano ya han fallecido dos personas realizando su trabajo en la calle por golpes de calor, y se está conscientemente exponiendo a los repartidores a un riesgo grave. Mientras las autoridades laborales y sanitarias reclaman a las empresas que adopten medidas específicas ante episodios extraordinarios de calor, Correos solamente aplica unos protocolos de trabajo insuficientes, que solo incluyen recomendaciones para “caminar en lo posible por la sombra”, “aparcar los vehículos en la sombra siempre que sea posible” o “hidratarse con frecuencia”, descargando la responsabilidad en el repartidor.
Ambos sindicatos denuncian que la empresa está haciendo una dejación de sus obligaciones legales en materia preventiva de manera consciente, ya que ha sido requerida ante la Inspección de Trabajo para adoptar mayores medidas de protección frente al riesgo que representan las temperaturas extremas y el alto índice de radiación solar al que se expone diariamente a los trabajadores/as durante el reparto. La dirección de la empresa conoce los riesgos, y también sabe que no es imposible adoptar más medidas preventivas, pausas en el trabajo y horarios que eviten que durante las olas de calor extremo se exponga al colectivo de reparto en las horas de mayor riesgo.
CCOO y UGT además denuncian que son muchos los centros de trabajo y oficinas donde la climatización es obsoleta o insuficiente, por lo que ante las temperaturas extremas y olas de calor en muchos de ellos se mantienen unas condiciones de trabajo al límite de lo soportable. Como ejemplo, el caso ocurrido en el Centro de Clasificación de Badajoz, donde se ha llegado a obligar a continuar la actividad con temperaturas por encima de los 45º en el interior del centro. Son las consecuencias de la falta de inversión y previsión ante un problema que no es nuevo, que se sufre desde hace años, mientras el presidente Serrano despilfarra cientos de miles de euros en publicidad, proyectos megalómanos personales fracasados y contratos para consultoras afines.
Ambos sindicatos han reclamado una reunión urgente con los responsables de salud laboral de Correos, para que de inmediato se adopten todas las medidas preventivas y organizativas del trabajo necesarias, y advierten que en caso de llegar a producirse una desgracia, exigirán que se depuren responsabilidades al máximo nivel, incluidas las penales.
