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UGT Bomberos forestales, ultimátum al Gobierno

 

Nuevamente es cuatro de mayo, día internacional de las y los BOMBEROS FORESTALES, en el que conmemoramos nuestra profesión, y con ello los diversos vaivenes que sufrimos en el colectivo, las luchas, las demandas, las reivindicaciones…Y desde el Sindicato Profesional de Bomberas/os Forestales de UGT Servicios Públicos tenemos la sensación de estar asistiendo a un día que se repite constantemente, como aquella escena del despertador en “el día de la marmota”.

Los trabajos realizados por este sindicato con los grupos políticos para el desarrollo de un marco básico regulador para el colectivo se pierden en tiempo, con intentos fallidos de PNL y PL en Congreso y Senado. Luego vino el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Podemos, que dejaba clara la postura de crear una Ley para Estatuto Básico que acabe de una vez por todas con la falta de homogeneización entre las diversas CC.AA., pero hemos pasado el ecuador de la legislatura y desde la Secretaría de Estado, con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico al frente, siguen enzarzados en discusiones con los territorios, que no acaban con las desigualdades entre los que nos dedicamos a la Prevención, Detección y Extinción de Incendios Forestales y Apoyo a las Contingencias en Medio Natural y Rural. Siguen las Comunidades Autónomas campando a sus anchas en un estado que no es capaz de tratar por igual a sus profesionales. Esos que cuidan de nuestro patrimonio natural, los que quitan nieve de nuestras carreteras y pueblos, sacan agua de las casas en las inundaciones, encuentran a nuestro seres queridos perdidos, colaboran en rescates de accidentados en el monte, se encargaron en la pandemia de los féretros y descontaminar infraestructuras, y como no, de apagar los Incendios Forestales que cada vez son mayor en número, más agresivos, más virulentos, devoran más hectáreas y nos arrebatan a compañeros, para llevarlos lejos de sus familias para siempre.

El día de la marmota se repite, como en el último informe entregado a UGT por la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social, dependiente de la Secretaría de Estado S.S. y Pensiones, que regula los Coeficientes Reductores y Edad de jubilación anticipada. Eso que las plantillas de Bomberas/os Forestales ansían obtener, y que la Unión General de Trabajadores solicito en el año 2014, ¡¡ocho años ya de espera!! Desde entonces, esta organización ha cumplido con todos los tramites e informes requeridos, pero que primero un gobierno del PP y ahora de coalición PSOE/PODEMOS nos están privando de tener, provocando que el proyecto de vida de las Bomberas/os Forestales se acorte, o que simplemente no puedan acabar su vida laboral dignamente, como si lo pueden hacer otros colectivos.

Y seguimos, porque el despertador vuelve a sonar, y año a año las demandas por parte de la Secretaria de Salud Laboral de UGT sobre los accidentes que sufrimos por los riesgos añadidos a nuestra actividad, las exposiciones ante sustancias cancerígenas por el humo de los incendios forestales son absorbidas por nuestros pulmones, determinándolo los números estudios y revisiones que hace la inspección. Pero parece que el Ministerio y su observatorio de enfermedades profesionales y de enfermedades causada o agravadas por el trabajo, no mueven ficha ante estos gravísimos hechos.

¡¡RINRINRIN!! Y vuelve a sonar el mismo día, con las mismas demandas, con las mismas reivindicaciones: igualdad de formación en todas las CC.AA., tal como establecen los R.D. de 2011 y 2013 de las cualificaciones y certificaciones profesionales, que hay que acabar con la temporalidad, frenar la externalización de un Servicio Público como es este, establecer una cartera de mínimos competenciales y funciones en la emergencia homogéneos, renovar la plantillas con nuevas convocatorias y reducir la interinidad… y un largo etcétera. 

Por ello, desde el Sindicato Profesional de Bomberos Forestales de UGT Servicios Públicos hemos tomado buena nota de la falta de compromiso con nuestro colectivo, por lo que instamos que las demandas sean tenidas en cuenta de una vez por todas, o quizá este verano la plantilla de más de 20.000 Bomberas y Bomberos Forestales pongamos nuestros pies en las calles de las ciudades, y no en el monte para que la ciudadanía tenga constancia de hasta qué punto están jugando con nosotros y a que extremo nos están abocando los administradores autonómicos o estatales de un servicio esencial para esta sociedad y nuestro medio natural.

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