Estos días en los que la salud está en riesgo, se hace patente la importancia de las actividades que realizan los trabajadores y las trabajadoras que de una u otra forma están directamente relacionados con el cuidado de las personas. Es precisamente ahora, cuando cuando ésta reconoce de forma generalizada, con sus aplausos a las ocho de la tarde, el valor del trabajo que desempeñan estos profesionales.
Ahora que la salud está en riesgo es cuando somos conscientes de lo valiosa que es, y cobra especial relieve el derecho a la asistencia sanitaria, el derecho a que cuando enfermamos o cuando el riesgo de enfermar, como ahora, sea muy alto, tengamos un sistema nacional de salud capaz de responder de forma eficaz, un sistema nacional de salud que dé respuesta al riesgo individual y al riesgo colectivo de enfermar.
La actual pandemia está poniendo de manifiesto que individualmente no podemos hacer frente a algunas amenazas, que dependemos irremediablemente de los demás. Que si los otros no se cuidan, que si no se “quedan en casa”, nosotros también enfermaremos y en muchos casos perderemos la vida.
El periódico de “La Vanguardia” el 4 de abril, recogía las reflexiones de algunos intelectuales de diferentes ámbitos ante la situación de pandemia que vivimos en la actualidad. Cada uno de ellos busca “una lección que aprender” de cara al futuro. Me gustaría recoger aquí algunas de ellas para suscribirlas plenamente. El historiador Keith Lowe ponía el acento en que debemos aprender a valorar a los trabajadores claves, los que ponen la comida en los supermercados, los que cuidan de los mayores y de los enfermos, y algunos más que no se detiene a enumerar pero de los cuales habitualmente a penas nos acordamos, ellos son solo un ejemplo de esos trabajadores imprescindibles para la sociedad. El historiador económico Emmanuel Felice, señalaba que la lección a aprender es que “hay cosas más importantes que la economía”, nótese que es un historiador económico. Entre lo que apuntaba la filosofa Victoria Camps señalaba “el valor del conocimiento científico y el de un Sistema Sanitario Público sólido y bien dotado de recursos, y el de una auténtica política que nos lleve a cooperar y no a pelearnos”. Nada más oportuno para recordar en el día de la salud que nuestra salud no está en venta, como rezaba una de las campañas del Sindicato Europeo de Servicios Públicos, que la FeSP-UGT suscribió.
Resumiendo: debemos aprender que hay cosas más importantes que la economía, y que la salud es una de ellas, por eso es imprescindible un Sistema Nacional de Salud público que materialice el derecho a la asistencia sanitaria. Que debemos reconocer el valor del trabajo de aquellas personas que realizan tareas imprescindibles para la vida, y finalmente que sin reforzar el valor sagrado que es el apoyo mutuo no sería posible salir a delante, porque nos guste o no somos interdependientes.
Desde la FeSP-UGT queremos agradecer tanto a los profesionales como a la población el apoyo mutuo que se ha manifestado durante estos días, un pequeño homenaje a todos esos trabajadores imprescindibles para la vida.