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Reducir las horas de enseñanza directa del profesorado es una exigencia para mejorar la calidad educativa

Un mayor número de horas lectivas no se corresponde necesariamente con una mayor eficacia escolar, como acaba de recordarnos el informe ‘Panorama de la Educación 2019’, que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Por el contrario, la ampliación de las plantillas de los centros educativos y la revisión de la distribución horaria semanal y del número de alumnos y grupos asignados a cada profesor favorecería un mejor ajuste a las necesidades reales de los centros y una educación más personalizada.

FeSP-UGT considera que una amplia oferta de empleo público docente permitiría a nuestro profesorado alcanzar las mismas cotas de horario lectivo que tienen sus colegas europeos, además de contribuir a un rejuvenecimiento de las plantillas que resulta ya imprescindible y a la reducción del número de docentes interinos. Todo ello posibilitaría una mayor estabilidad de las plantillas de los centros, lo que a su vez redundaría en un mejor desarrollo y una mayor continuidad de sus proyectos educativos.

Con ser fundamental, el tiempo que los docentes dedican a impartir clase no lo es todo. No menos importante es el dedicado a otras tareas como la preparación de esas mismas clases, correcciones, cursos de formación, reuniones con el resto del equipo docente, innovación didáctica o, entre otras muchas, la tutorización de profesores noveles.
Sin embargo, el porcentaje de horas que el profesorado español dedica dentro de su horario laboral a esas otras tareas decisivas en la enseñanza está por debajo de las que emplea un colega suyo en otros países de la Unión Europea, como apunta nuestro informe ‘Horario del profesorado 2019’.

En España, el porcentaje de horas dedicadas a la enseñanza directa está por encima de los promedios de la OCDE y la UE23. Mientras los docentes españoles de Educación Primaria dedican a la enseñanza un 62% de su tiempo laboral y los de Secundaria un 50%, la media de la OCDE y de la UE23 es de un 48-49% en Primaria, y de un 43% en la primera etapa de Secundaria y un 41% en la segunda de Educación Secundaria.

Por tanto, sigue resultando prioritario reducir las horas lectivas del profesorado y acercar y equilibrar el número de horas de atención directa al alumnado con el que se reserva para la preparación de otras actividades fundamentales en el quehacer educativo.

La reducción de la carga lectiva que hemos venido reclamando -20 horas para el profesorado de Infantil y Primaria y 18 horas para el Secundaria y Bachillerato- permitiría disponer de más tiempo para preparación, evaluación, coordinación o formación. Ello redundaría sin lugar a dudas en un incremento de la calidad de la enseñanza.

Sin embargo, la mayoría de las Administraciones educativas no han seguido la recomendación formulada en la Ley 4/2019, de 7 de marzo, de Mejora de las condiciones para el desempeño de la docencia y la enseñanza en el ámbito de la enseñanza no universitaria, y han perdido la oportunidad de establecer 23 horas lectivas para Primaria y 18 para Secundaria.

Por todo ello, FeSP-UGT considera necesario diseñar nuevas estrategias que permitan que los recursos humanos de los que disponen los centros se adapten a las circunstancias del alumnado y a las exigencias que hoy demanda la educación. Algo que, a nuestro juicio, ha de pasar por la reducción de horas lectivas y ratios, la incorporación de otros profesionales o la renovación curricular.

Enseñanza Informa

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