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Plantillas agotadas y precarizadas: informe del personal sanitario y sociosanitario durante la pandemia

 

En el marco de la campaña impulsada desde el Sindicato Europeo de Servicios Públicos  (EPSU), que pretende concienciar a la población para evitar el recorte presupuestario  que la UE tiene pensado aplicar al programa “Health4all” (salud para todos), la FeSP UGT ha consultado los datos del Ministerio de sanidad en los ámbitos sanitarios y  sociosanitarios para conocer cómo ha afectado a los profesionales la COVID-19. 

La primera cuestión a señalar es que la inversión en sanidad en España ha sido en  el 2019 de un 6,37%, cuando la media europea está en el 7,2. Y en los Servicios  Sociosanitarios la inversión no llega al 1% cuando la media europea ronda el 2%, es  decir el doble. 

La pandemia de la COVID-19 ha demostrado a la sociedad la importancia de ambos  sectores. Los trabajadores y trabajadoras de ambos sectores desempeñan una  actividad cuyo valor para la sociedad es difícilmente cuestionable. Están dentro de  los conocidos como servicios esenciales para la sociedad. Son servicios esenciales  para la vida, porque prestan cuidados a las personas precisamente en momentos en  el los que la vulnerabilidad de las mismas se hace patente, cuando están enfermos  y cuando son mayores y no pueden cuidarse a si mismos, necesitando por tanto ser  cuidados por otras personas.  

Informe del Sector Salud, Sociosanitario y Dependencia de la FeSP-UGT 

Los datos del ministerio de sanidad recogen que a 23 de octubre el número de  profesionales sanitarios y sociosanitarios contagiados es de 69.744I . Cada persona  que se contagia se calcula que lo trasmite a tres personas. Lo que si está claro es  que quien se contagia en un centro sanitario o sociosanitario lo lleva a su casa y  previsiblemente contagiará a su familia, y puede que este conviviendo con personas  de alto riesgo.  

Hasta el 11 de mayo de 2020 según la Red Nacional (RENAVE) el 24,1% de la población  infectada era personal sanitario y sociosanitario. Es decir prácticamente la cuarta  parte de los infectados eran personal sanitario o sociosanitario en aquel momento.  Esto nos hace suponer que los centros sanitarios (hospitales y centros de salud)  y los centros sociosanitarios se convirtieron en lugares con un elevado riesgo de  adquirir la enfermedad. Por eso desde la UGT venimos pidiendo que se considere  enfermedad profesional, en lugar de la actual asimilación al accidente de trabajo. 

Actualmente se está poniendo de manifiesto que la transmisión también se realiza a  través de los aerosoles, lo que aumenta el porcentaje de posibilidad de infección en  los lugares cerrados, por tanto centros sanitarios y sociosanitarios. 

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