ELECCIONES 2020 PARLAMAMENTO GALICIA Y EUSKADI Si alguien sensato no lo impide, SERRANO LA VA A LIAR |
En Correos las aguas corren turbias desde que el 15 de marzo (primer Decreto de Alarma) el presidente perdió las formas y el respeto a los trabajadores/as y a los sindicatos. El desbarajuste en la gestión en los últimos meses, ha sido un denominador común, con un área de Operaciones a la deriva y un Área de Red que naufraga cada vez que viene una ola que requiere pericia organizativa (proceso Elecciones Generales 2019) por no hablar de la obsesión por gastarse el dinero en propaganda y publicidad (ese dinero que dice Correos que escasea tanto que no da ni para nóminas, por lo que luego hay que revenderle las mascarillas a otros Ministerios). Ese es un paisaje que nos ha dibujado el Señor Serrano.
En las próximas elecciones de julio, en Galicia y Euskadi tenemos otro paisaje con nubarrones. Lo primero que ha hecho el señor Serrano es retomar su peculiar interpretación de la democracia laboral en Correos. Los procesos electorales siempre han sido objeto de atención y cuidado. Tanto en su vertiente operativa como en la laboral y sindical. Se reúne a los sindicatos, se presenta una propuesta racional y detallada, se dialoga y se acuerda. Sindicatos y empresa asumen un esquema organizativo que da respuesta a las necesidades del proceso. Desde 1977 unas tras otras han pasado elecciones y Correos ha dado la talla.
Aún no se ha iniciado el proceso (lo que en Correos se ha llamado siempre Campaña) y ya hay síntomas preocupantes. El señor Serrano ha diseñado, como es habitual en él últimamente, una escenificación lamentable, a su medida. El problema a resolver por el señor Serrano no parece estar en cómo hacer un esquema de funcionamiento de Correos durante la campaña electoral que resulte eficaz para el objetivo (de todos) de que la democracia con el voto por correo funcione. Ha comenzado haciendo caso omiso a lo que se ha hecho siempre (y ha funcionado) que es consensuar con los sindicatos la parte laboral para preocuparse en paralelo de la parte operativa.
En las Elecciones Generales de 2019 el señor Serrano tuvo un aviso. CCOO y UGT se lo advertimos. Y todo apunta a que no aprendió. Y si nadie con sentido común y más sensatez no lo evita ahora, el señor Serrano la va a liar. De error en error camina hacia el desacierto final. Su contumacia en un estilo de gestión personalista y desmesurado, muy propio de quien no quiere reconocer sus carencias para gestionar una organización compleja, metió a su Gobierno, en 2019, en un aprieto, con un desbarajuste y un colapso monumental (televisado) en las oficinas postales.
El señor Serrano ha citado a los sindicatos para hoy viernes 22 de mayo, a una verbena sindical. Con un simulacro de reunión en Madrid y un formato ilegal (es paradójico y casi cómico, que el portavoz de la reunión ilegal sea un catedrático). A la verbena le siguen dos sesiones “vermut”, en Galicia y en Euskadi (aquí, con otro formato de reunión) para repetir lo mismo que lo dicho una hora antes. Hay que significar que unos sindicatos asisten a la verbena como miembros de pleno derecho y otros como invitados. El desguace de la democracia laboral que tanto nos costó a los sindicatos en Correos ha venido y sabemos quién ha sido. Así que, todo indica, que el jaleo electoral está servido sin empezar la campaña. Ojalá nos equivoquemos.