El personal de apoyo educativo (PAE) desempeña un papel fundamental en el sector de la enseñanza, pero a menudo no obtiene el reconocimiento que merece. Por ello, la Internacional de la Educación (IE), la federación internacional de sindicatos de la educación, lanzó hace ya cinco años el Día Mundial del Personal de Apoyo Educativo, que se celebra el 16 de mayo, con el objetivo de destacar su papel clave, su experiencia y su profesionalidad a la hora de lograr una educación relevante y universal.
El PAE cubre una amplia gama de personal profesional, administrativo, técnico y general que trabaja en el sector de la educación, y que abarca desde auxiliares docentes a psicólogos/as escolares, pasando por colectivos como el de los conductores/as de autobuses escolares. Sin embargo, con mucha frecuencia, su trabajo queda oscurecido y su contribución es relegada a un segundo plano.
Su presencia junto al personal docente es imprescindible para garantizar que todo el alumnado tenga una educación de calidad. Para la Internacional de la Educación, “son el corazón y el alma de nuestras escuelas”, y por eso es necesario celebrar y valorar el importante trabajo que realiza.
Desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, hemos visto al PAE de todo el mundo ir más allá de su deber para con estudiantes y familias. Han estado repartiendo comidas en sus comunidades, desinfectando edificios escolares, apoyando el aprendizaje a distancia, haciendo llamadas telefónicas para comprobar el estado de sus estudiantes…
En muchos países, como recuerda la IE, la crisis sanitaria ha provocado un aumento de la precariedad y de la privatización del PAE. “Un número cada vez mayor de personal de apoyo educativo es contratado de forma precaria, a tiempo parcial o contratado de manera temporal. Nos preocupa especialmente”, subraya la IE, “el aumento de la explotación del PAE, la falta de condiciones de trabajo decentes y la violación de los derechos humanos y laborales fundamentales, como el derecho a organizarse y negociar colectivamente”.
Por ello, UGT Servicios Públicos, junto a la Internacional de la Educación, exige que las Administraciones educativas garanticen un entorno seguro para el PAE. Es de justicia que sean reconocidos por su labor en la comunidad educativa y que gocen del mismo estatus, derechos y condiciones que el resto del personal educativo.
