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Efectos colaterales Huelga General

 

PRIMER EFECTO COLATERAL DE LA HUELGA GENERAL DE CCOO Y UGT

LA MAREA AMARILLA SE LLEVA PORE
DELANTE AL DIRECTOR DE ESTRATEGIA DEE
CORREOS, AVELINO CASTRO

Nº 2 DE SERRANO Y “CEREBRO” EN LA SOMBRA DEL PLAN DE DESGUACE
TRAS
DEJAR CORREOS CON LA MAYOR CRISIS DE SU HISTORIA

 

Hace ya casi cuatro largos años desde que Serrano aterrizó en Correos con las peores “virtudes” para gestionar el futuro de la mayor empresa pública de nuestro país y defender la misión de servicio público que tiene encomendada. La falsa sensación de ser intocable por haber sido elegido por el dedo de “dios” (el presidente del Gobierno), la consiguiente soberbia en el ejercicio abusador del poder público otorgado, el adanismo y megalomanía de quien se creyó el Jeff Bezos (Amazon) español cuando no había tenido –ni tiene- una mínima experiencia en gestión empresarial, derivaron en un cóctel explosivo que llevó al recién llegado a abandonar el progresismo que, presuntamente, le había traído hasta Correos para, imbuido de un mesianismo patológico, abrazar la fe del converso, descalificar, rechazar y liquidar todo lo hecho en la anterior etapa y a quien lo representaba (postalones), abandonar “lo público” por caduco y trasnochado y a criminalizar a quien le llevase la contraria –muy especialmente a CCOO y UGT- en su camino hacia el Correo de futuro que solo él, y nada más que él podía diseñar a su mesiánica medida. En definitiva, derivó en cerrar cualquier vía de reforma progresiva y consensuada, para inaugurar una senda rupturista (reconversión) que le llevaría al paraíso logístico de la última milla, dónde él nadaría en la abundancia y los trabajadores/as en la precariedad.

Los que lean este comunicado dirán que esas son las “virtudes”, no de un líder, sino del antilider y que hay componentes patológicos en el ejercicio del poder de Juan Manuel Serrano. Y tienen razón: alguien que daña el clima laboral –la mayor ruptura interna en la historia de Correos-, que busca del beneficio personal (puerta giratoria), que se cree en posesión de la verdad, nunca asume los errores, evita la excelencia profesional que le pueda opacar en su entorno (se ha cargado todo el know how interno); que es soberbio e inseguro (necesita pelotas y palmeros a su lado) y le falta de visión empresarial, solo nos podía llevar, como CCOO y UGT denunciamos hace dos años cuando nadie nos creía y simplificaban el conflicto tildándolo de “problema personal”, a la quiebra técnica actual.

Era de esperar que para su reconversión postal primero liquidará a todos los directivos postales de entonces, postalones de probada solvencia y profesionalidad que no comulgaban con sus ruedas de molino, y, en su sustitución, buscara paracaidistas directivos adeptos al “régimen” liquidador serranista, entre los que destacaban tres de ellos: uno, el encargado de hacer el ajuste financiero, incluyendo el recorte de la financiación del servicio público a la mitad, Roberto Ducay, fan del modelo logístico DHL [(no confundir

con Deutsche Post) y que dimitió en 2020 por un grave error de índole personal que no toca contar aquí);  otra, Eva Pavo, experta en propaganda, publicidad y vender humo: 100 millones gastados en 4 años para blindar la imagen y crear artificialmente una reputación de Serrano, mientras su gestión agrandaba su déficit asta alcanzar un récord histórico. Y, por último, el proyecto Serrano necesitaba un experto “chatarrero” desguazador y liquidador de empresas y, para ese papel, nadie mejor que Avelino Castro.

Que nadie se sorprenda porque este Ingeniero Técnico Industrial especialista en Centrales, Subestaciones y Líneas Eléctricas y en Construcción, Mantenimiento e Instalación de Máquinas ejerciera, hasta su cese “inducido” el pasado 1 de junio, como director de Estrategia del Grupo Correos, presidente del Consejo de Correos Express y presidente del Consejo de Correos Express Portugal. No es su currículo por lo que Serrano lo trajo a Correos, sino por su probada solvencia en el desguace ferroviario (fragmentación en unidades de negocio de la compañía pública RENFE, privatización de una parte, división de la plantilla, doble convenio y escala salarial), su conexión con consultoras de amigos y sus habilidades creativas para licitar proyectos que las alimentasen, y, sobre todo, su curso acelerado en México en “trilerismo y desguace empresarial en el marco internacional”.

A este paracaidista ajeno a lo postal, con un salario de 150.000 euros, se deben las “grandes ideas” incluidas en el Plan de Desguace de Correos –que avalaron CSIF, SL y CIG, con una pasividad inaudita por parte de CGT-, desde el desmantelamiento de la cartería (supresión de las secciones), la re- conversión de las oficinas y los rurales en gestores multiservicios, la supresión de las USES, el trasvase de actividad a la filial Correos Express (de la que era presidente) para debilitar a la matriz, la creación de los centros nodales previstos en 50 provincias en los que se fusionan las plantillas de ambas empresas para sustituir el personal de la matriz por el de la filial, hasta el recorte de 7.000 empleos de plantilla y la parcialización del empleo, con el objetivo de 20.000 parciales, el 40% de la plantilla en 2024. Una espiral que ha provocado un vacío de actividad sin precedentes, que ha situado a Correos en quiebra técnica y fuera de mercado y que, como colofón, ha sumido a estructuras profesionales de Correos en la mayor desmoralización de la historia reciente.

A este personaje antipostal, que, con el desprecio y malas formas de un tratante de ganado, se ha cargado a profesionales de Correos de valía más que contrastada para aupar a cargos de relieve a palmeros y pelotas (de ellos hablaremos otro día), se deben la absurda y megalómana compra de un avión “cargo” para tenerlo vacío y parado, la propuesta de participar en el proyecto de privatización del Correo de Brasil y experimentos oscuros en México o Miami, proyectos que junto con la fragmentación de Correos en unidades de negocio para abordar a trozos la privatización de Correos, han sido frenados en seco por SEPI que, aunque tras dos años de mirar para otro lado, parece que ha comprobado que las denuncias de CCOO y UGT sobre el caos en la gestión y el hundimiento de Correos respondían a los hechos y a la realidad.

CCOO y UGT solo pueden valorar positivamente la desaparición de un personaje tóxico como este para el Correo Público de nuestro país y que tanto ha contribuido a colocarlo en el peor momento económico, financiero, comercial, humano y de mercado de toda su historia. Sinceramente, tanta paz encuentre como descanso deja. Ahora bien, que nadie se llame a engaño porque, aunque su cese “inducido” es una primera señal de reconocimiento –forzado por la realidad- del fracaso del modelo de Serrano y de que las percepciones desde algunos ámbitos del gobierno sobre el relato de CCOO y UGT parece que van  cambiando, mientras el antilider Serrano siga instalado –y  nadie lo pare-  en su megalómana realidad paralela, el modelo de desmantelamiento sigue vivo y, por tanto, CCOO y UGT seguirán confrontando. Y con la legitimidad del rotundo éxito de la marea amarilla de 20.000 personas ante el Congreso y de la HG del 1, 2 y 3 de junio, seguiremos exigiendo la paralización/enterramiento del Plan Estratégico de desguace de “Serrano”, objetivamente fracasado, la reversión de muchas de sus medidas anti-postales y la apertura de una discusión sobre el Modelo Postal Público que merece nuestro país, con un sistema de Gobernanza que, desde la despolitización, asegure su viabilidad. Y, lo que es obvio: Serrano comienza a ser un coste político muy alto para el Gobierno y el presidente que lo nombró en este fin de legislatura.

 

 

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