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Día de Acción Mundial: «Inversión y trabajo decente en cuidados»

La pandemia de la COVID-19 pone de manifiesto el lugar central que ocupan los cuidados en nuestras vidas. Los gobiernos tienen que financiar adecuadamente la asistencia social pública y proteger a lxs trabajadorxs que prestan servicios de cuidados. Millones de miembros de nuestras afiliadas siguen prestando servicios públicos de salud y de cuidado, en las circunstancias más difíciles, mientras el mundo sigue atravesando la devastadora crisis sanitaria y socioeconómica provocada por la pandemia. La mayoría de estxs trabajadorxs son mujeres, y a menudo proceden de comunidades racializadas y migrantes.

La vida laboral de lxs trabajadorxs de cuidadxs se ha caracterizado por las largas horas de trabajo, la falta de acceso a equipos de protección individual (EPI) y otras medidas de salud y seguridad, el agotamiento físico, emocional y mental, las malas condiciones de trabajo, los bajos salarios y el acceso desigual a las vacunas.

La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto cómo décadas de falta de inversión en los sistemas de salud pública y de cuidados han afectado gravemente a la calidad, la accesibilidad y la seguridad de los servicios de salud y de cuidados. La pandemia también ha agravado las desigualdades estructurales preexistentes a nivel nacional y mundial en cuanto a género, clase y, en muchos casos, raza y etnia. Hay una necesidad urgente de una inversión pública adecuada para conseguir salud y cuidados públicos de calidad y de acceso universal. Tenemos que reconstruir la organización social de los cuidados, integrando el reconocimiento del derecho humano a los cuidados y garantizando que los servicios de asistencia social se presten como un derecho humano fundamental y un bien público de acceso universal.

Los gobiernos deben tomar medidas ahora para garantizar este derecho fundamental. Debemos contar con un número adecuado de trabajadorxs de la salud bien renumeradxs y protegidxs para que esto sea una realidad. Así, los gobiernos tienen que hacer frente al déficit mundial de 18 millones de trabajadorxs de la salud y del cuidado previsto por la Comisión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Empleo Sanitario y Crecimiento Económico en 2016. Por lo tanto, debemos profundizar nuestra campaña en favor de una dotación de personal de cuidados segura y eficaz, y de un trabajo decente para lxs trabajadorxs del sector. Los trabajadores de todo el sector de salud y cuidados ya trabajen en hospitales, asilos, residencias, hogares privados o escuelas, en el sector público o en el privado, merecen unas mejores condiciones de trabajo, que reflejen su enorme contribución a nuestras sociedades, y un salario justo e igual por un trabajo de igual valor.

En el Día de Acción Mundial sobre los Cuidados, desde UGT Servicios Públicos pedimos:

  • Invertir en servicios de salud y de cuidado públicos, de calidad y de acceso universal -incluida la salud mental, la atención infantil, la educación de la primera infancia, el cuidado de lxs ancianxs y otros servicios de asistencia social- para garantizar la creación de millones de puestos de trabajo con un trabajo decente que incluya salarios justos y condiciones laborales humanas; y para cerrar las brechas de género en la participación de la población activa. 
  • Garantizar unos salarios adecuados y la mejora de las condiciones de trabajo, incluida la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, las oportunidades de formación y la salud y seguridad en el trabajo para lxs trabajadorxs de la salud, del cuidado y la educación, incluidos lxs trabajadorxs domésticxs y de atención domiciliaria.
  • Garantizar la equidad y la no discriminación en la contratación, la retención, el acceso a la formación y las oportunidades de promoción de lxs trabajadorxs en todos los sectores de la salud y del cuidado. 
  • Garantizar que se respetan los derechos de libertad de asociación y de negociación colectiva de todos lxs trabajadorxs del sector de la salud y del cuidado, ya sea en la economía formal o informal, así como su representación en el proceso de toma de decisiones.  
  • Financiar una protección social universal que tenga en cuenta las cuestiones de género y a la que puedan acceder todos lxs trabajadorxs, independientemente de su situación laboral o de su condición de inmigrantes, su origen racial o étnico, su discapacidad, su género, su expresión de identidad o su orientación sexual, y que incluya a lxs trabajadorxs de la economía informal.
  • Garantizar la accesibilidad de todxs a los servicios de salud y de cuidado públicos de calidad, incluidos lxs refugiadxs y lxs inmigrantes, independientemente de su situación.
  • Pasar del enfoque de la «economía de los cuidados», que ha contribuido a la mercantilización de los mismos, a la «reconstrucción de la organización social de los cuidados», en la que las necesidades y el trabajo de cuidados no se consideran simplemente cuestiones económicas, sino derechos humanos, que los gobiernos tienen el deber de proporcionar y salvaguardar.

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