Noticia digital: THEOBJECTIVE
Correos rebaja sus pérdidas a 100 millones tras vender ‘in extremis’ su sede de Valencia
Los ingresos de la compañía llegaron a los 2.000 millones de euros, una reducción importante respecto de las previsiones iniciales de 2.253 millones
Correos prevé cerrar 2021 con unas pérdidas que rondarán los 100 millones de euros, según se aprobó en su consejo de administración celebrado a mediados de marzo y ha podido conocer THEOBJECTIVE. La cifra es superior a los 77,9 millones consignados en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero está por debajo de los 150 millones de pérdidas que estuvo cerca de registrar el año pasado tras constatar una importante reducción en los ingresos presupuestados por la propia compañía.
Una de las claves de esta reducción de las pérdidas fue la venta de la sede de la compañía en Valencia por un montante que se cifra entre los 24 y los 22 millones de euros. El emblemático edificio ubicado en la plaza del Ayuntamiento fue adquirido por la Generalitat valenciana al mando del socialista Ximo Puig. La operación –apuntada contablemente el pasado 26 de diciembre– se conoció a comienzos de diciembre y se presentó oficialmente el 12 de febrero. No obstante, se incluyó en las cuentas a cinco días de cerrar el año natural y se incorporó como ingresos extraordinarios reduciendo en, al menos, 20 millones las pérdidas estimadas.
Ingresos de Correos
Hace dos semanas responsables de Unidas Podemos denunciaron la «opacidad» en la venta de los edificios de Correos en la Comunidad Valenciana, como este de Valencia y otros de Elche y Castellón. El grupo anunció la presentación de una Proposición no de Ley (PNL) en las Cortes valencianas con el objetivo de mantener un servicio de mensajería público y de calidad en el territorio, y de preservar el patrimonio de la empresa pública estatal.
En relación a sus ingresos, en 2021 se registraron 2.000 millones de euros, una reducción respecto de las previsiones iniciales. En noviembre de 2021, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) -propietaria de la compañía de servicios postales- estimó que Correos facturaría un total de 2.253 millones de euros. La propia empresa confirmó que los ingresos del primer semestre habían sido de 1.163 millones de euros, por lo que durante la segunda parte del año estos se ralentizaron hasta los 900 millones.
Dentro de estos ingresos, la mitad -900 millones- corresponden a servicios de paquetería, la principal línea de negocio histórica de Correos. Unos ingresos que en cualquier caso están lejos de sus homólogos europeos. En este mismo periodo Post NL (Países Bajos) ingresó 3.466 millones, Posten Norge (Noruega) 2.440 millones, Swiss Post (Suiza) 6.390 millones o Bpost (Bélgica) con 4.335 millones de euros.
Pérdidas de 2021
En el caso de los resultados, se produjeron pérdidas de 96 millones de euros con unos resultados antes de impuestos (BAI) de 132 millones de euros negativos. Recordemos que la sociedad estatal ya había perdido 264,2 millones de euros en 2020. La diferencia es que en estos últimos resultados reflejaban el impacto del coronavirus, mientras que en 2021 se esperaba que fuese el año de la recuperación del sector de la paquetería.
Fuentes oficiales de Correos han indicado a este diario que estas cifras «no son precisas» aunque advierten de que las cuentas de la compañía se ven afectadas por la sanción de la CNMC que analiza los ejercicios 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 (lo que afecta a 2019 son contratos cerrados por la dirección anterior). «Todos ellos ejercicios económicos de la dirección anterior de Correos, que nada tienen que ver con la gestión de la dirección actual», han indicado.
El pasado 25 de febrero la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sancionó con 32,6 millones de euros a la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A., S.M.E. (Correos) por un abuso de posición de dominio prohibido por el artículo 2 de la Ley de Defensa de la Competencia (LDC) y el artículo 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Multa de la CMMC a Correos
La conducta sancionada consistía en la aplicación de un sistema de «descuentos exclusionarios» que, incentivando la fidelización de los grandes clientes empresariales, habría potencialmente excluido o impedido la entrada al mercado de otros competidores de Correos, al menos desde el año 2015 hasta el año 2019.
Por otro lado, los resultados de 2021 llegan en un momento de gran conflictividad laboral de Correos. En las últimas semanas se han sucedido manifestaciones y denuncias de los sindicatos que advierten del desguace de la compañía en diferentes puntos de España. Un desmantelamiento que ejemplifican en la venta de patrimonio inmobiliario en ciudades como Barcelona, Valencia, Málaga, Alicante.
También critican las políticas aplicadas por el presidente de la compañía, Juan Manuel Serrano, que a su juicio tratan de demostrar que la parte pública de la compañía no es rentable a través de estrategias «totalmente tramposas» con «trasvases de actividad de la matriz a la filial Correos Express y externalización de ciertos servicios rentables para la compañía o cediendo, regalando o malvendiendo, el patrimonio inmobiliario histórico de Correos».
Serrano, en el punto de mira
En los últimos meses se han intensificado las diferencias entre Serrano y los sindicatos. Los trabajadores culpan directamente al presidente y a su equipo de la debacle de resultados ante lo que la sociedad pública se defiende indicando que se intenta frenar la reconversión de la compañía. Serrano fue designado a dedo por Pedro Sánchez en verano de 2018, prácticamente su primer nombramiento después de asumir la presidencia de Gobierno tras triunfar la moción de censura contra Mariano Rajoy. Desde esa fecha le han crecido los enanos. Se le acusa de no tener una hoja de ruta clara, de dar bandazos, de desprenderse del equipo histórico, de no dimensionar correctamente la plantilla y de intentar migrar hacia una empresa de servicios olvidándose del negocio postal.
Desde el punto de vista personal, Serrano es además una de las personas más cercanas a Pedro Sánchez, de quien ha sido asesor desde antes de que fuese secretario general del PSOE. Desde 2014 a 2018, Serrano fue el jefe de la Comisión de la Ejecutiva Federal de Sánchez. De hecho, le acompañó en la gira que realizó el entonces candidato por lo largo y ancho del país, en la que buscó el apoyo de la militancia para conseguir volver al Congreso de los Diputados tras su salida forzada por los barones del partido.