Durante esta primera quincena de octubre, la mayoría de comunidades autónomas han rebajado el nivel de riesgo por Incendio Forestal, pasando de alto a medio con la mejoría meteorológica. Este hecho ha puesto a cientos de Bomberos Forestales en la cola de las oficinas del Servicio Público de Empleo.
La temporalidad del sector y la apuesta de los distintos gobiernos autonómicos por completar sus plantillas solo en época estival, hace que comunidades como Castilla-La Mancha hayan perdido a unos 350 bomberos forestales; Andalucía supera este número, aproximándose a los 800; Murcia finaliza a sus BBFF de refuerzos y a los vigilantes;
Aragón, Madrid, Extremadura, reducen también sus plantillas; Canarias se queda al 50% de personal. La Rioja cierra las torres de vigilancia, cuadrillas y personal de refuerzo, junto con los BBFF conductores de las autobombas y la CARIF helitransportada que se despiden hasta el año que viene; Navarra despide a casi 150 dejando sus montes sin BBFF… Pero si alguna comunidad se lleva la “palma”, esa es Castilla y León que despide casi al 80% de su plantilla entre retenes, vigilantes, y los BBFF de los camiones autobomba. Por desgracia, este número aumentará en el mes de noviembre, donde comunidades como Galicia o Valencia finalizaran también contrato a parte de su personal.
DATOS OFICIALES DEL MINISTERIO
Sin haber cerrado los datos aun del periodo por riesgo alto, las estadísticas vuelven a darnos un año bastante bueno, donde el número de siniestros se coloca por debajo de la media con 6.878, indicando claramente un descenso en las emergencias por Incendios Forestales en 3.595. Otro dato significativo es el de la reducción de la superficie forestal quemada con 16.419 ha. menos que la media.
Pero lo que sí es significativo dentro de los datos ministeriales, es que el número de Grandes Incendios Forestales (GIF) se sitúa en los 17 frente a los 16 de media, poniendo de manifiesto que el número de conatos e incendios forestales se reduce, sí, así como el número de hectáreas quemadas, pero que cada vez hay mayores incendios, más voraces y ocasionando mayores dimensiones. Es decir, que los Incendios Forestales de 5ª Generación son una realidad. Prueba de ello hay que hablar de las semanas complicadas con simultaneidad de IIFF en Galicia, los de Robledo de Chavela en Madrid, Lober de Aliste en CyL o Garafía en La Palma, los transfronterizos con Portugal, etc., todos ellos de complicada extinción. Aunque si de GIF hablamos, hay que destacar este año el de Almonaster la Real en Huelva, que con 14.200 ha., es sin duda el claro ejemplo del cambio de generación en cuanto a IIFF.
INVERTIR EN VERDE, ES INVERTIR EN VIDA
Con este panorama desde UGT seguimos denunciando la temporalidad que sufre el colectivo, basada en la simplista visión de la estacionalidad y no de la emergencia que suponen los IIFF, y que aboca a la precariedad profesional de quienes integramos el cuidado y defensa de montes y bosques de nuestro país. Este quizá sea el hecho más significativo, la reducción de las plantillas de bomberos forestales impide poder realizar trabajos tan esenciales como los preventivos, con áreas cortafuegos, quemas y eliminación de carga de combustible. Además sumamos que perdemos a un equipo humano profesional que atiende las emergencias que se generan en el medio natural y rural, dejando a miles de poblaciones solas antes las adversidades climáticas.
La realidad es que el capital humano para los incendios forestales y multiemergencias en el mundo rural, quizá sea la inversión más rentable para nuestra sociedad, y la falta de Bomberos Forestales deja a nuestro medio natural indefenso, nuestros pueblos despoblados y nuestra sociedad totalmente a merced de un cambio climático cada vez más devastador.